La crónica cómica de Lily
Lily, siempre llena de creatividad, empezó un nuevo proyecto. “¡Estoy escribiendo sobre las aventuras de Max!”, anunció entusiasmada mientras cogía un cuaderno y un bolígrafo. “¡Cuéntame más!”, la animé con curiosidad. Con un gesto dramático, explicó: “¡Es sobre sus misiones secretas en las que caza cosas invisibles!” Me reí, maravillada de cómo Max estaba convirtiendo nuestro mundo en un cuento de hadas viviente. Las historias de Lily sobre sus travesuras salvajes aportaron aún más risas e imaginación a nuestra familia y no hicieron más que acentuar el papel especial de Max en nuestras vidas.

La crónica cómica de Lily
Max se niega a cenar
En una tarde gris y nublada, llamé para cenar como de costumbre. Pero Max, que normalmente era el primero en acudir al plato, permanecía inusualmente callado. “¡Ven, Max!”, le grité sorprendida. En lugar de eso, olisqueó el aire, se volvió de repente hacia el patio trasero y no mostró ningún interés por comer. “Qué raro”, murmuré en voz baja, irritada por su comportamiento. Era la primera vez que se negaba a comer, y no podía superarlo. Los demás también se dieron cuenta de su inquietud e intercambiaron miradas preocupadas. Su comportamiento ensombrecía nuestra cena y dejaba claro que había algo más en juego que el hambre.

Max rechaza la cena