La obsesión de Max continúa
Todas las tardes, como un reloj, Max se dirigía a su lugar favorito del patio trasero. Con una determinación inquebrantable, empezaba a cavar como si siguiera la pista de un tesoro escondido que sólo él podía encontrar. “Ya está otra vez”, comentó Jake con una sonrisa. “Parece que a Max le encanta este sitio”, añadió Lily pensativa. Pero noche tras noche, su búsqueda fue infructuosa. Todo lo que sacaba de la tierra era polvo, ladrillos perdidos y unos cuantos guijarros viejos. Era como si Max tuviera un objetivo secreto que sólo él podía comprender.

La obsesión de Max continúa
Jake se une a la excavación
Jake vio a Max cavando de nuevo y decidió unirse a él. “¡Apuesto a que encontramos un tesoro enterrado!”, exclamó Jake con entusiasmo, imitando los movimientos de Max con exagerada teatralidad, lo que hizo reír a todos. Incluso Max no pudo evitar sonreír divertido y le dio un empujón juguetón a Jake. Su acción conjunta de escarbar era contagiosa y aportaba una ligereza especial a nuestras veladas. Mientras los observaba, sentía que cada vez estábamos más cerca de resolver el misterio, aunque nadie supiera exactamente qué descubrirían al final.

Jake se une a la excavación