Una disculpa de la policía
El jefe de la policía local visitó a los Johnson para disculparse formalmente por los trastornos causados durante la investigación. Admitió que la situación se había manejado con menos sensibilidad de la debida y les aseguró que se perseguiría a los mineros ilegales con todo el rigor de la ley. Aunque la disculpa no borró las dificultades que habían experimentado, representó un paso importante para cerrar este capítulo para la familia, al reconocer oficialmente la injusticia que habían sufrido.

Una disculpa de la policía
Una familia fortalecida
En el reconfortante silencio de su casa, Mark y Erika reflexionaron sobre toda la experiencia y sobre cómo les había unido aún más. Se enfrentaron a la sospecha, el miedo y la violación de su intimidad, pero salieron fortalecidos y más unidos que nunca. La experiencia puso de manifiesto la profundidad de su resistencia y la fuerza del vínculo inquebrantable que les unía. Con el corazón más ligero, la pareja sintió un renovado aprecio el uno por el otro y por la solidez de su familia.

Una familia fortalecida