Financiar la boda de nuestros sueños
Decididos a mantenernos dentro de nuestras posibilidades y dar prioridad a la creatividad, decidimos echar mano de nuestros ahorros. Para nuestra alegría, nuestros amigos intervinieron con entusiasmo y utilizaron sus talentos únicos para ayudarnos a hacer realidad nuestra visión. Había algo liberador en confiar en personas realmente comprometidas. Con Tom a mi lado, elaboramos cuidadosamente un presupuesto y pronto todo encajó. No necesitábamos ninguna ayuda económica de mis padres. El amor, la positividad y el apoyo de nuestros mejores deseos fueron más que suficientes para que nuestro gran día fuera muy especial.

Financiar la boda de nuestros sueños
Emma como salvadora
Emma, mi mejor amiga de la infancia, no lo dudó ni un momento. “¡Me apunto!”, exclamó, su entusiasmo irradiaba como un chorro de energía pura. Era exactamente lo que necesitaba. Con sus increíbles dotes organizativas, sabía que estábamos en buenas manos. Juntas nos lanzamos a una lluvia de ideas, cada una más extravagante y emocionante que la siguiente. El entusiasmo contagioso de Emma transformó nuestra sencilla boda en el jardín en algo extraordinario, algo mágico. No fue sólo una amiga, fue siempre mi ancla que nos vio atravesar todas las tormentas de la vida.

Emma, la salvadora