Salen las invitaciones
Los sobres de colores yacían en una pila ordenada sobre la mesa, cada uno de ellos cuidadosamente dirigido con mi mejor letra. Con una sonrisa, se los entregué al cartero y le dije: “Allá vamos”. Cada sobre contenía una invitación para nuestros amigos y familiares más cercanos, invitándoles a una ceremonia sencilla pero sentida en el ayuntamiento del pueblo. “Esto es perfecto”, murmuró Tom mientras sus ojos se detenían en una de las invitaciones. Cada tarjeta simbolizaba la esperanza, el amor y el futuro que queríamos construir juntos. Nuestro sueño se estaba haciendo realidad, y la sensación era sencillamente increíble.

Invitaciones enviadas
Padres encantados
Los padres de Tom llamaron cuando recibieron la invitación. “Estamos muy orgullosos de los dos”, dijo su madre, con la voz temblorosa por la emoción. Tom soltó una risita y me dedicó una sonrisa cómplice. “No nos lo perderíamos por nada del mundo”, añadió su padre. Su alegría reflejaba la nuestra y nos daba seguridad y consuelo. Su amor y su apoyo fueron como un bálsamo que nos levantó el ánimo y dio aún más sentido a nuestro viaje. Fue un hermoso recordatorio de los lazos que mantienen unida a la familia.

Padres encantados