Carta inesperada del banco
Tras una noche en vela, encontré una carta inesperada en mi felpudo, marcada con el sello del banco. Se me aceleró el corazón al cogerla y me invadió una sensación de terror. Abrí el sobre con las manos temblorosas. Dentro había una carta del banco dirigida a mí. “¿Y ahora qué? Murmuré, desplegando el papel. Cuando mis ojos recorrieron las palabras, un escalofrío me recorrió la espalda. El contenido era más de lo que esperaba, y cada frase me hundía más en una red de la que no podía escapar.

Carta inesperada del banco
Un segundo fideicomiso revelado
En el interior, la carta revelaba que mi marido había creado en secreto un segundo fideicomiso a mi nombre, asegurando mi futuro. Me quedé mirando el documento con incredulidad, con la mente luchando por comprender lo que estaba leyendo. “Lo ha hecho por mí”, susurré, con lágrimas en los ojos. El fideicomiso era sustancial, suficiente para garantizar que no me dejaría en la estacada. Me invadió una oleada de gratitud y amor por mi difunto marido. “Siempre estaba pendiente de mí”, pensé, con el corazón henchido de esperanza renovada, sabiendo que, incluso en su ausencia, seguía protegiéndome.

Una Segunda Confianza Revelada

