Acuerdo a regañadientes
A regañadientes, accedió a ayudarme a recuperar los fondos, con el orgullo destrozado al confesar la verdad. “De acuerdo”, murmuró, derrotada. “Te ayudaré, pero Nora tiene que saberlo todo” Asentí con la cabeza, sintiendo alivio, pero aún con los nervios de punta. “Merece saber la verdad”, dije, con voz firme. Empezamos a trazar un plan para enfrentarnos a Nora, sabiendo que exponer todo el alcance de la traición sería el primer paso para reparar el daño y restaurar lo que nos habían quitado.

Acuerdo a regañadientes
Se hizo justicia
Cuando por fin se hizo justicia, sentí una oleada de alivio al saber que el legado de mi marido aseguraba nuestro futuro. La verdad había salido a la luz y los fondos iban camino de recuperarse. Me detuve un momento, reflexionando sobre el tumultuoso viaje que me había traído hasta aquí. “Gracias”, susurré a mi difunto marido, sintiendo su presencia a mi lado. A medida que la lucha se acercaba a su fin, me permití afligirme, reconfortada por saber que su previsión me había protegido de lo peor.

Se hizo justicia

