El final de un largo día
Al ponerse el sol, Mark y Erika se instalaron en el salón, cargando sobre sus hombros el aplastante peso de las sospechas públicas y las constantes especulaciones. Los acontecimientos del día les habían dejado exhaustos y frágiles, mientras que la implacable mirada de los medios de comunicación y de la propia comunidad no parecía darles tregua. Abrazados, buscaron consuelo compartiendo aquella angustia silenciosa, pero la incertidumbre y el miedo a lo que les deparaba el mañana permanecían como una pesada sombra en el aire.

Fin de un largo día
Intruso nocturno
La tranquilidad de la noche se vio bruscamente interrumpida cuando Mark y Erika se despertaron con el inquietante sonido de alguien que intentaba entrar por la fuerza en la casa. Con la adrenalina por las nubes, Mark se dirigió rápidamente a la fuente del ruido, mientras Erika, con manos temblorosas, marcaba el 112. Fuera, una figura sombría se movía junto a la ventana, sin darse cuenta de que ya había sido advertida. El corazón de la pareja latía con fuerza ante aquella nueva y aterradora amenaza que surgía en el silencio de la oscuridad.

Intruso nocturno