Explicación de los motivos
Hannah siguió insistiendo, con un tono más urgente, pero aún amable. “¿Qué pasa, Lena? ¿Por qué actúas así? -preguntó, intentando no ocultar la preocupación en su voz. Lena se movió nerviosa en la silla, pero no dijo nada. “Por favor, háblame -suplicó Hannah, esperando que su hija cediera. Lena, con los labios apretados, miró primero al director y luego a su madre, sin abrirse. La tensión en la habitación era palpable, como si cada palabra no pronunciada creara un abismo cada vez más profundo entre ellas.

Explicación de motivos
Salir fuera
Lena permaneció en silencio, pero el gesto de su madre pareció hacerla sentir más cómoda. Con un profundo suspiro, se sentó en el asiento del copiloto mientras Hannah cerraba suavemente la puerta y se deslizaba tras el volante. “Podemos hablar aquí”, repitió Hannah, con un tono de voz más suave, como si quisiera darle el espacio que necesitaba sin forzarla. El coche estaba en silencio, pero el aire fresco que entraba por la ventanilla parecía aliviar parte de la tensión que se había acumulado en el corto trayecto hasta el despacho del director.

Al salir

