De vuelta a casa
Lena abrió de golpe la puerta principal y arrojó su bolso al suelo con tanta fuerza que el golpe resonó incluso arriba. Momentos después, la voz de su madre resonó desde el dormitorio: “¿Lena?”, llamó, y de nuevo al bajar las escaleras. No parecía sorprendida de ver a su hija en casa antes de que acabaran las clases, sino visiblemente enfadada.

El regreso a casa
Levanta los ojos al cielo
“¿Qué has hecho esta vez?”, fue la primera pregunta de Hannah, pronunciada con un hastío que delataba cuántas veces se había repetido aquella escena. Lena resopló, poniendo los ojos en blanco. “Nada”, respondió, tumbándose en el sofá con un gesto teatral. Hannah se quedó inmóvil en la puerta, con las manos en las caderas y la mirada incrédula clavada en su hija. “¿No te importa nada la escuela?”, insistió, con la frustración evidente en su voz.

Levantó los ojos al cielo