La presión de la madre
“¡Auch! Me haces daño!”, protestó Lena, intentando liberarse del firme agarre de su madre, pero Hannah sólo apretó con más fuerza. Con determinación, tiró de ella hacia el interior del colegio, obligando a Lena a hacer todo lo posible por seguirle el ritmo. “¿El despacho del director?”, preguntó Hannah a la recepcionista, intentando ocultar la rabia que le quemaba por dentro, pero la tensión era evidente en su tono.

La presión de la madre
Entra Hannah
Tras recibir indicaciones de la recepcionista, Hannah corrió hacia el despacho del director e irrumpió en la puerta con impetuosidad, interrumpiendo bruscamente una reunión en línea. El director, sentado tras un gran escritorio de madera, levantó la vista con una expresión que mezclaba sorpresa y enfado. Pero cuando sus ojos se encontraron con los de Hannah, interrumpió inmediatamente la reunión, diciendo rápidamente que volvería enseguida.

Entra Hannah