El ansioso andar de Max
Cuando llegué a casa y abrí la puerta, vi a Max corriendo por el pasillo, con las orejas erguidas y los ojos muy abiertos. “John, ¿has visto eso?”, le pregunté al entrar. Levantó los ojos de su película, visiblemente confuso. “¿Qué le pasa? Max trotó hacia mí y me dio un codazo en la mano con el hocico, como si quisiera enseñarme algo. Su inquietud era contagiosa y una sensación de náusea se extendió por mi estómago. Una cosa estaba clara: algo había sacado de quicio a Max.

El andar ansioso de Max
La extraña experiencia nocturna de Lily
Amaneció cuando Lily habló durante el desayuno: “Mamá, anoche oí ruidos” Su voz suave se entremezcló con el ruido de los cuencos de cereales. Curiosa, me incliné hacia ella y le pregunté: “¿Qué ruidos, cariño?” Se encogió de hombros, con una expresión de incertidumbre en el rostro. “Quizá susurros o arañazos, no estoy segura” El tono serio de John sonó desde el otro lado de la mesa: “Seguro que era el viento o un mapache” A pesar de sus palabras, no pude evitar preguntarme si había algo más en la observación de Lily.

La extraña experiencia nocturna de Lily