Una familia encuentra un agujero gigante en su jardín, pero lo que hay en el fondo es lo que da escalofríos.

PUBLICADO EN 07/28/2025
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Una pista, pero no una prueba

Más tarde, el geólogo volvió a llamar, esta vez en un tono más comedido y cauteloso. Confesó que, aunque su teoría de que el socavón tenía un origen humano tenía cierta base técnica, seguía careciendo de pruebas concretas que la respaldaran. “En realidad, es sólo una corazonada”, admitió con sinceridad. Esta revelación disgustó aún más a Mark y a Erika. Habían albergado la esperanza de obtener por fin algunas respuestas sólidas, algo que pudiera dar sentido a todo lo que estaban experimentando… pero, en lugar de eso, se quedaron con más dudas. El misterio del sumidero, lejos de aclararse, no hizo más que profundizarse.

Uma Pista, Mas Nenhuma Prova

Una pista, pero ninguna prueba

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Noche inquieta

Aquella noche, Mark y Erika yacían uno al lado del otro, pero el sueño parecía estar a mundos de distancia. Las revelaciones del día giraban incesantemente en sus mentes, entrelazándose con los miedos, dudas y frustraciones acumulados durante las últimas semanas. La idea de que el socavón pudiera haber sido provocado por el hombre -y no un fenómeno natural- arrojaba una nueva e inquietante sombra sobre todo. Se volvieron unos a otros, intercambiando palabras susurradas en un intento de encontrar algo de consuelo, pero las respuestas seguían eludiéndoles. La incertidumbre era abrumadora, y cada nuevo pensamiento parecía alejarlos aún más de la paz. La habitación, en silencio, se había convertido en un espejo de su estado interior: inquieta, tensa y sumida en un misterio cada vez más profundo.

Noite Inquieta

Noche inquieta

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