Una visión impotente
Al margen de su propia casa, Erika y Mark se sintieron abrumados por una profunda sensación de impotencia al ver cómo unos desconocidos se paseaban libremente por la propiedad, señalando y especulando sobre el socavón. Cada comentario murmurado y cada mirada curiosa les parecía una invasión, que les dejaba expuestos y vulnerables en el único lugar donde deberían haberse sentido seguros. El alboroto del exterior era un recordatorio constante de lo surrealista y descontrolada que se había vuelto la situación.

Una visión indefensa
La prensa ante la casa
Incluso con la presencia de la policía, los periodistas no se amilanaron y avanzaron hasta la puerta de la casa de los Johnson, exigiendo una declaración. “Señor y señora Johnson, ¿pueden decirnos algo más sobre el socavón?”, preguntaron, tendiendo insistentemente los micrófonos. Mark y Erika, decididos a guardar silencio, se negaron a contestar, pero los incesantes golpes y gritos no hicieron sino intensificar la tensión sofocante que ya dominaba el interior de la casa.

Prensa en la puerta